Presentación

Bienvenidos a mi blog :) Espero que os gusten mis historias.

viernes, 17 de enero de 2014

Vivir el momento

Hola!
Sinceramente este... ''texto'', por llamarlo de alguna forma, no tiene nada que ver con ninguna de mis historias, pero me apetecía desahogarme de todos los problemas por los que estoy pasando actualmente (nada grave, bueno si) gracias a selectividad. Si, ese precioso examen que nos hacen a todos los de 2º de bachillerato que queremos aspirar a entrar a la universidad.

Una muy buena pregunta de alguien que no halla llegado a este nivel será, ¿tan difícil es? La verdad, SI. No os voy a mentir diciendo que es un paseo entre rosas, porque no lo es, simplemente es más difícil que el año anterior, es decir, 1º de bachillerato, y claramente mucho más difícil que la ESO, sobretodo porque tu conciencia te dice que debes aprobar justamente y llevo sin hacerme chuletas desde 4º :P Fue un decisión difícil de tomar, pero creo que bastante buena.

Otra buena pregunta es: ¿Por qué nos cuentas esto? A parte de para desahogarme y contar toda la mierda por la que estoy estresada, es por si por casualidad alguien en un futuro próximo lo lee que esta pasando por la misma situación que yo pueda sentirse identificada y quizás, en otra entrada que haré en junio, ver que todo este estres mereció la pena aunque no lo parezca.


Desde pequeños nuestros padres nos ha dicho: ''que bello es ser joven'', sigo siendo joven, y es un asco jajajaj. Me explico, contando como ejemplo mi situación:

Mi nombre es Isabel y en 3 meses cumpliré los 18 años, claramente por este hecho estoy encantada, ¿quién no quiere cumplir los 18? Pero también en 3 meses estaré más cerca de la selectividad, para la cual, exactamente, solo faltarán otros 3 meses más. En estos 6 meses, aparte de estudiar duro para pasar la prueba con buena nota, tengo que elegir que hacer en un futuro. ¿Qué quiero hacer? Y mi otra pregunta es: ¿y qué mierdas sé ahora lo que querré estar haciendo dentro de 20 años? ¿Por qué tengo que elegir ahora mismo? Muchos os preguntareis que si estoy mal de la cabeza, que es lógico y no lo veo. Mi punto es que no lo veo porque quiero hacer arquitectura y su nota de corte es un 10, no creo llegar a ella, así que... ¿que haré? Ni idea, porque ninguna carrera me llama la atención, ahí mi estres.
¿Cómo elijo una carrera que ni siquiera ahora me llama la atención? A veces pienso que podría elegir una que este... bien, que no me parezca mala y más adelante quizás me encante y acabe celebrando haberla escogido pero, la pregunta del millón de nuevo, ¿y si no?
No quiero ser de esa clase de persona que odia tanto su trabajo, por cualquier motivo, que este amargada. 

Hoy nos llevaron a una charla y me hizo reflexionar. Una cosa bastante odiosa cuando quieres ser irracional, por cierto. Quería encerrarme en mi habitación, tirarme horas y horas leyendo y escuchando música (mis hobbies favoritos) e ignorar deberes y estudios del instituto. Claramente no he hecho nada de eso, no mucho al menos XD. Pero después de la charla y pensarlo mucho he pensado en la típica frase que a los padres les gusta mucho repetirnos: ''Quién no arriesga no gana''. Así que mi reflexión final es, basándome mucho en mis queridos amigos San Agustín y Santo Tomás:

Que sea lo que Dios quiera.

Me voy a esforzar todo lo que pueda, me presentaré a los exámenes tirando a por toda la nota que pueda y, finalmente, me presentaré a la carrera que me llame más la atención de aquella lista que tendré según la nota que consiga.
¿Sin ninguna en concreto en la mente?
Claro que mi primera opción es arquitectura.


Espero que toda esta charla haga reflexionar a todos aquellos alumnos (que lo lean, obviamente) que estén en las mismas condiciones que yo y les haga darse cuenta, al igual que a mí, que quizás tener una profesión en mente clara no quiere decir que dentro de 20 años siga siendo así. Que la gente cambia con el tiempo, y que lo importante es:

Vivir el momento.


martes, 27 de agosto de 2013

Pétalo Negro - Capítulo 3

Capítulo 3

Inconscientemente le di un vistazo general. Pelo castaño ni corto ni muy largo sin peinar, ojos negros y labios que dan ganas de besarlo. Tenía puesto el uniforme del instituto y se veía claramente como se le pegaba la camisa a los músculos de los brazos.
Nunca había visto a un chico tan…

-¿Estás bien?

Levante la vista sobresaltada para mirarle.

-Yo… ¿qué… qué me has dicho? –me mordí el labio nerviosa.- No te he escuchado, lo siento.
-No, nada. Eres nueva –dijo ya sin preguntármelo.- Pasa, te esperábamos.
-Me ¿estabais esperando?
-¡Oh! Perdona. Soy Lucas Moneti, el delegado de la clase. En este instituto nos avisan a los delegados cuando viene alguien nuevo. Pasa.

Me abrió más la puerta y se hizo a un lado para que pasara. Todos estaban vueltos hacia la puerta, mirándome. No soporto que me miren si no hay miedo en sus caras antes de…
Sacudo la cabeza para apartar esos pensamientos de mi mente y me concentro en poner una sonrisa ‘’amable’’ para dar una buena impresión.

-Buenos días, señorita…
-Soy Akira, Akira Rubí López –me giré hacia mis compañeros e hice una reverencia como es normal en Japón.- Encantada.

Se oyeron algunas risitas por toda la clase y me sonrojé. Había olvidado que aquí no se acostumbra a nada de toda esta… formalidad.

-Cuéntanos algo sobre ti –me pidió el profesor con una sonrisa amable.

¿Sobre mí? Volví a morderme el labio, esta vez más fuerte. ¿Qué podría contar sobre mí? Toda mi vida lo único que he hecho ha sido matar a gente y… eso no es algo que se suela contar para hacer amigos.

-¿Sobre mí? –Pregunté indecisa.- Pues… vengo desde el continente Asiático y… mm… nací aquí en España pero me fui con 5 años, creo. Y ya esta, no hay mucho que contar.

Vi por el rabillo de ojo como Lucas se me acercaba y me estremecí al sentir el contacto de su mano sobre mi hombro. Su tacto me quemó incluso a través de la ropa y al parecer el sintió algo parecido porque enseguida quitó la mano.
O quizás solo había notado mi estremecimiento o…
Me estoy volviendo loca, suspiré.

-Hay un sitio libre al lado de Laura, ¿por qué no te sientas con ella? –me dijo a la vez que me señalaba una bonita chica morena.
-Claro, sin problemas –dije contenta de poder dejar de ‘’hablar sobre mí’’.

Las mesas estaban colocadas en parejas y en cuatro filas, todas en orden y en línea unas con otras.
Laura estaba al lado de la ventana, ni muy adelante ni muy por atrás, me gustaba el sitio que me había tocado. Además ella parecía amable.

-Hola, soy Laura. Mucho gusto.
-Igualmente, soy Akira. Aunque mis amigos me llaman Aki.

Vaya trola te acabas de echar, pensé. ¿Qué amigos has tenido tú?

-Pues… A mi me llaman Laura siempre –sonríe.- Así que cuando me llames te puedes considerar mi amiga, Aki.
-Por mi estupendo. ¿Sabes? Eres la primera amiga que… -me callé al darme cuenta que la acababa de decir que antes tenía amigos –que… tengo que se llama Laura.

Me golpeé mentalmente por soltar tal estupidez. Aunque supuse que ella también lo había pensado solo se rió un poco y miro hacia el profesor.
Quizás llegáramos a llevarnos muy bien. Y eso me gustó.


El instituto no estaba del todo mal, dentro de mi concepto de lo que es un instituto dado que es al primero que vengo. En mi clase todos eran muy amables conmigo, algo no muy normal en mi vida, y pronto me había acostumbrado a prestar atención al profesor y coger apuntes.

-Aki –me llamó el chico sentado detrás de mí llamado Alex.- ¿Me dejas luego tus apuntes? Creo que me he perdido y…
-No le hagas ni caso –le cortó Laura.- Nunca coge apuntes y luego te los pide antes del examen privándote a ti de poder estudiar. Es un vago de primera.

Vi como abría la boca para responderla, pero al parecer sus palabras eran ciertas porque volvió a cerrar la boca, se sonrojó y miró al profesor sin añadir nada.

-Tu ha este ni caso –me dijo Laura cuando sonó el timbre anunciando la hora del recreo.- Es muy simpático y todo lo que tu quieras, pero solo viene a clase a calentar la silla y a molestar.
-¡No es cierto! –dijo Alex esta vez.- También vengo a… y… ¡Empollona! –le dijo al no encontrar defensa alguna a sus palabras.
-¡Que te den!

Me cogió del brazo y me arrastró escaleras abajo hasta salir por la puerta principal del instituto.

-¿Nos permiten salir? –pregunté indecisa.
-A los de bachiller sí –me guiñó un ojo.- Tenemos privilegios por ser ‘’mayores’’. Ya ves tú lo que nos sirve salir 25 minutos. Pero bueno, algo es algo ¿no?
-¿Adónde vamos?
-A conocer a tus próximos amigos.

Me llevó a unos bancos que se encontraban a la vuelta de la esquina donde ya se encontraban sentados 2 chicos y 1 chica.

-Hola chicos. Os presento a la nueva. Akira –los saludó Laura.- Los chicos son Sergio –dijo señalando al rubio de ojos castaños – y Lucas, a él ya le conoces, es nuestro delegado.

Me quedé mirándole de nuevo como si él mismo fuera un imán que me atraía.

-Y la chica es Miriam.

Dejé de mirar a Lucas para dirigir mi mirada a Miriam. Una chica bastante mona, aunque demasiado tímida para mí gusto. Aunque claro, para gustos colores pensé al ver la mirada que le dirigía Sergio.

-Y falta otro integrante del grupo, se llama Álvaro. Es bastante borde con los desconocidos, pero tú solo ignórale –me avisó Laura.
-¡Vaya gracias! –Se escucho detrás nuestra.- Como se nota que me conoces y que te importo una mierda.

Al parecer ese era Álvaro. Parecía un año mayor que nosotros. Tenía el pelo entre castaño y rubio y unos ojos verdes con tonos marrones. Extraño.

-Tu debes ser la nueva. Akira –dijo mirándome y yo asentí aunque no me lo hubiera preguntado.- No eres para tanto, no que habla tanto la gente de la nueva. Te diría que es un gusto conocer a la famosa nueva, pero la verdad estoy harta de ti solo por los comentarios. Te diría que siento ser tan borde. Pero tampoco lo siento así que… Hola.

Se sentó al lado de Lucas y chocó los cinco con Sergio.

-Álvaro porque eres tan…
-Tranquila Laura –la corte y dirigí una sonrisa cínica a Álvaro.- ¿Sabes? He conocido a mejores capullos que tú, deberías practicar eso de ser el machote del grupo –le guiñé el ojo y me giré a Laura.- Lo siento, llevó muy mal eso de que sean bodes conmigo. Suelo dar una paliza a los que lo son, pero no quiero empezar mal.

Oí una carcajada viniendo de Álvaro y me giré a verle con una ceja levantada. ¿Le había echo gracia mi comentario? La verdad, quería que pareciera una amenaza. Ya tenía un grupo y no pensaba perderlo porque uno de los integrantes se creyera muy duro.

-¿Quién fue borde contigo? ¿Una niña de 10 años? Que valiente…
-Mm, creo que tenía 30 y pico años, la verdad no me paré a preguntarle la edad.

Simplemente le maté, pensé con amargura.
Bufó y se planto rápidamente delante de mí. Su sonrisa de superioridad me estaba sacando de quicio.

-¿Quieres algo? –pregunte ya harta de su escrutinio de mi cuerpo.
-Pelea conmigo.
-¿Eh? –exclamación general. Literalmente.

Le miré incrédula. ¿Es que no tenía aprecio a su vida?

miércoles, 25 de abril de 2012

Pétalo Negro - Capítulo 2


Capítulo 2

El vuelo dura 8 horas y en todo el viaje no he podido dormir nada. Tal vez el hecho de que a mi derecha el hombre roncara y que a mi izquierda la señora me mirara mal por cada movimiento que realizara no ayudaran mucho a poder dormir. Pero yo sé, para que engañarnos, que aunque hubiera querido dormir no lo habría conseguido por los nervios. Sí, lo admito. Estoy nerviosa. Llevaba desde los 4 o 5 años fuera de ‘’mi casa’’ en España y recordaba muy amenamente cosas del lugar donde vivía.

Al salir del aeropuerto cogimos un taxi para que nos llevara lo más rápido posible cerca de Gran Vía para allí poder coger otro taxi directo a nuestra casa. Era dar muchas vueltas, pero todo era por precaución, al fin y al cabo no veníamos de vacaciones, si no huyendo de la mafia.
Gran Vía estaba repleto de gente y fue difícil moverse con maletas, tirando casi imposible, hasta la otra punta de la calle donde se situaba la parada de taxi.
En el viaje hasta mi casa me habría comido las uñas, si hubiera tenido, de los nervios que me recorrían. ¿Seguiría todo igual? ¿Podría llevar una vida normal? ¿Ya no mataría a nadie? Todas estas preguntas me siguieron hasta que otra cosa más importante se metió en mi campo visual. Mi casa.

Mi casa no era algo fuera de lo común. Estaba situado en el portal 13 de la Calle Alcalá, 3ºC. La fachada es del mismo color que el resto de los edificios de la calle, marron oscuro y el portal no era nada fuera de lo común, solo con una puerta de hierro.
Mi madre sacó la llave y entramos. Subimos por el ascensor hasta el 3º y por fín tenia la puerta que me llevaría a mi nueva vida delante. Mi madre me pasó de largo y la abrió. La verdad nunca esperé vivir lo suficiente para ver a mi madre abriéndome la puerta a mi nueva vida. Al fin y al cabo, ella fue la que me metió a la vida de mierda que llevaba.

-¿Vas a entrar o te vas a quedar ahí como un pasmarote? –me preguntó mi padre desde dentro.

Yo asentí y corrí adentro. Todo seguía igual. Los muebles, mis cosas, mi antigua vida. Corrí a mi habitación y deje las maletas y lo segundo que hice fue, reír. Sí, reírme. Hacía mucho que no lo hacía.

-¿Dónde está esa chica fría y superficial que tenía yo como hija? –me preguntó mi padre entrando por la puerta con una sonrisa.

Hacía mucho que tampoco le veía a él sonreír. Ahora me gustaba más la casa. Buenos recuerdos me llegaron de cuando vivíamos aquí. Aun recuerdo la foto que me saco mi padre riéndome, mellada, al ver que el Ratoncito Pérez se había llevado mi diente. ¿Seguiría por aquí? Un día tendría que buscarla.
Vi como mi padre salía de la habitación pero en el último segundo se giraba a mirarme.

-Por cierto deberías dormir, mañana empiezas las clases. Instituto Los Ángeles a las 08:30. SE puntual. Mira en que clase te ha tocado cuando llegues. Buenas noches.

Se fue. Estos dos días no dejaban de decirme sorpresa tras sorpresa. ¿Cómo lo habían arreglado todo tan rápido? Y pensándolo bien… ¿Por qué me importa? Me tiré a la cama de un salto riéndome. Mañana. Por una vez me gustaba decir esa palabra.


A la mañana siguiente me levante sin ayuda del despertador a las 7:00h. No sabía que ponerme y cuando me dirigí a mi armario vi que dentro había un uniforme que no era mío. Lo observe bien. Era bastante bonito. Era una falda a cuadros azul con una camisa blanca y un chaleco azul. Miré alrededor y vi unas manoletinas azules. Miré el nombre del colegio en la camisa y me asombré al ver ‘’I.E.S Los ángeles’’ ¿era mío?
Sin perder un minuto más me lo puse y recogí mi pelo en una coleta. ¿Podría quitarme el tinte negro luego?¿Y las lentillas? Tendría que preguntarlo.
Me dirigí al espejo y lo que vi no me pareció nada mal. Era lo primero de colores que me ponía desde… ni lo recuerdo.
Bajé a desayunar. Miré el reloj para ver cuánto tiempo tenía para desayunar antes de que tuviera que irme y vi que ya era las 08:12. Estupendo el primer día ya llegaría tarde.
Cogí un par de magdalenas que había encima de la mesa y salí corriendo a la puerta cogiendo por el camino la mochila que había preparada al lado de la puerta.

-¡Adiós! –grité antes de cerrar la puerta de golpe.
Había visto el instituto al venir en taxi y sabía dónde estaba, tenía buena memoria. Corrí todo lo que me permitía el cuerpo al llevar una mochila en la espalda. Parecía idiota.
Llegué a las 08:28 y entré antes de que el conserje cerrara las puertas. Recobré el aliento un minuto y después me dirigí a dirección donde me indicaron en que clase estaba y donde se situaba.
Pronto me encontré delante de una puerta. Número 13, clase 1ºD Bachiller. Llamé con la mano que menos me temblaba y abrí la puerta.

-Disculpe, ¿se… se puede?

Y dirigí mi vista hacia el frente donde debería estar el profesor y en cambio me encontré con él.

lunes, 9 de abril de 2012

Aviso !

Hola :)
Últimamente como habéis podido observar no he estado muy activa. Ya he empezado de nuevo con los estudios.
Venia a avisar que seguramente solo suba capítulos los fines de semana porque durante el curso entre semana no me suelo conectar.
Estoy en 4º ESO y quiero sacarme el titulo de la ESO, por ese motivo espero sinceramente que no os importe el echo de que no suba capítulos a menudo. Este fin de semana próximo tampoco aseguro el poder subir nuevos capítulos, porque la semana próxima tengo 2 exámenes de recuperación y estoy poniéndome las pilas.
Espero que me comprendáis y me perdonéis.
Feliz comienzo de días laborales, espero que estén bien :)
Un beso y gracias por dedicarme unos momentos ^^
Hasta que nos leamos de nuevo!

martes, 3 de abril de 2012

Pétalo Negro - Capítulo 1


Capítulo 1


Estoy de vuelta en casa.
Esa frase suele ser acogida por mucha gente como sinónimo de tranquilidad, seguridad, relajamiento… Pero, ¿para mí? Lo único que significa para mi es la vuelta al infierno.
Paso por delante de muchas puertas cerradas, que sé que están vacías, hasta llegar a mi habitación. El único pensamiento que llena mi mente es el de ducharme y quitarme la sangre que aun corre fresca por mi cuerpo.
Acabo de matar a uno de los mayores empresarios de Asia.

La ducha de agua helada relaja mis músculos y se lleva la sangre que me rodea, pero no me hace sentir mejor. Nunca, desde que tengo memoria, me he sentido a gusto con lo que hago. Jamás.
He tenido la mala suerte de nacer del ‘’amor’’ que se tienen dos mafiosos. Dos mafiosos que disfrutan contemplando lo que han creado. Un monstruo. A mí.

Mi nombre es Akira Rubí López. Soy de nacionalidad española, aunque realmente no se de que país proviene mi nombre. Tengo el pelo entre castallo claro y rubio, actualmente teñido de negro, y los ojos azules verdosos ocultos bajo las lentillas de un color azabache. Tengo un cuerpo de 10 en la escala de los hombres. Soy bastante fuerte y me asusto por pocas cosas. Tengo 16 años, recién cumplidos el pasado 24 de Agosto, y mi nombre en la mafia es ‘’La matona de Oro’’.
Genial, mi vida apesta.

Al salir de la ducha me pongo unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes, todo negro por supuesto, recojo mi pelo en una coleta y me dirijo a la cocina a prepararme algo de cena.
Me preparo un bocadillo con los filetes de pavo que sobraron de mi cena de ayer y cuando me dispongo a comérmelo llegan los que se hacen llamar mis padres.

-¡Akira! Felicidades por tu nueva misión cumplida, la acabaste con éxito ¿no?
-¿Acaso no lo hago siempre?

¡Ah! Y se me olvidaba, por gajes del oficio y por el hecho de que no voy al instituto, ni tengo vida social ni nada soy una persona bastante egocéntrica, antisocial, irritante… Y bueno, todos los sinónimos que se te ocurran.

-Bueno, bueno. ¿Y dónde esta nuestra cena?
-Aparte de asesina, ¿me ves cara de chef?
-¡Oye señorita! ¿Qué maneras son esas de hablarle a tu padre?
-Las maneras que me habéis enseñado.
-¡Niña insolente…!

No tuve tiempo de apartarme. Un momento estaba sentada mirando mi bocadillo y al momento siguiente estaba sentada en el suelo con la mano en mi cabeza.
Al apartar la mano de mi pelo vi que estaba ensangrentada. Genial, ahora la que sangraba era yo.
No tuve que fingir que no me dolía, puesto que no me dolía. Me había hecho heridas peores.

-¡Así aprenderás como hablarle a tu padre!

Mi madre miraba a mi padre con admiración, al parecer por su parte no iba a recibir ayuda. Vaya familia de mierda.

Me levanto del suelo y cojo mi bocadillo. Me voy de la cocina a mi habitación antes de que pudiera recriminarme el hecho de haberme ido sin prepararles la cena.
Estaba arta de todo esto. Arta de mi vida, de mis acciones. De ellos.
Pero una de las pocas cosas a las que temo es lo que me haría la mafia si llego a escaparme. ¿Qué puedo hacer yo, con 16 años, frente a un montón de mafiosos, de entre los 35 y 46 años, entre los que se encuentran mis padres? Nada.
Soy una inútil que no tiene poder sobre su propia vida, pero se atreve a decidir la muerte de otras personas por el simple hecho de haber cometido algún error. Por esa regla, ¿no debería venir alguien a matarme?
Quizás estaría mejor muerta.


A la mañana siguiente me despiertan unos golpes en la puerta.
Me levanto a abrir, segura de que serán mis padres, pero en vez de eso me encuentro a León, el tipo con el aura mas agresiva que he conocido jamás y también ‘’mi jefe’’.

-Qué.
-Tienes una nueva misión.
-No.
-¿Perdona? Repite eso –se echa a reír y eso solo consigue empeorar mi mal humor de por las mañanas.
-Que. No. ¿Te compro un sonotone en mi camino de No Me Da La Gana?

Un puñetazo en mi pecho me hace salir unos metros para atrás hasta caer de espaldas. Me encojo apretándome el pecho, segura de que me ha roto alguna costilla.

-Desgraciada. Nunca más me vuelvas a hablar así. Tienes hasta medianoche para matar a Kasumi Iyonuse, o si no…
-¡O si no qué! ¿Qué mas puedo perder? ¡Ya no me queda nada, estúpido!
-Te queda tu hermano. Tu hermano mayor Javier.

Se va, dejándome en el suelo shockeada. ¿Un hermano? ¿Qué hermano?
Me levanto apoyándome en la cama y andando con dificultad consigo llegar a la cocina donde desayunaban mis padres.

-¿Tengo un hermano?

Veo sus miradas de incredulidad mirándome fijamente y me doy cuenta que es verdad. ¿Cómo pueden haberme ocultado algo como eso?
Me voy a mi habitación y me cambio de ropa. Me cojo un revolver y el silenciador y me voy a mi misión.

El tal Kasumi Iyonuse era el presidente de las industrias hoteleras de Japón. Le encontré entrando al barrio residenciario más prestigioso de los alrededores.
Le maté delante de varias personas, seguidoras suyas, sin importarme lo que pudiera sucederme por ello.

Llego a mi casa antes de la medianoche, con el tiempo suficiente para llamar a avisar que el trabajo ya está hecho e irme a dormir antes de que lleguen mis padres.

Me vuelven a despertar unos golpes en la puerta. Miro la hora y son las 5 de la mañana, ¿ya ni se puede dormir en esta casa?

-¡¿Qué?! –preguntó nada más abrir la puerta.

Delante de mi se encuentra mi madre bastante nerviosa, o bastante enfadada no se definirlo exactamente.
A empujones me obliga a volver a entrar a la habitación y cierra la puerta detrás de ella.

-¡Te han visto! –no es una pregunta, o sea que no respondo nada y sigo impasible antes ella.- ¡Te han visto matando a ese hombre! ¿Cómo pudiste ser tan estúpida? Nuestros compañeros te van a matar antes de que la policía te encuentre. No sé en que punto nos equivocamos contigo…- sigue hablando sin dejarme replicar.- Haz tus maletas. Nos vamos a España. Huimos.

Se va.
Se ha ido.
Abro la puerta en cuento me recupero del shock, pero ella ya no está. ¿Nos vamos a España?
Sería estúpida… Podría haberme dejado ver matando a alguien mucho tiempo atrás y así nos habríamos ido antes… Un escalofrío me recorre entera. Ese pensamiento había salido tan fluidamente y sin remordimientos que me daba miedo a mi misma. Mi madre tenía razón. Teníamos que irnos.


sábado, 31 de marzo de 2012

Tuenti

Hola :)

Me he creado un tuenti para subir allí también mis historias. Si quereis tener un amigo más u os interesa pasar a verlo el nombre es:

Mi Rinconciito de Historiias

P.D: He estado bastante tiempo inactiva, espero recuperar el tiempo perdido. Subiré historias en mis ratos libres :)
Gracias por pasar a veros mi blog ^ ^

Pétalo Negro - Prólogo

Prólogo

Toda mi vida he seguido las reglas. Nunca me he saltado ninguna. Siempre una chica obediente y sin quejarme. Desde los 6 años me han entrenado para matar.
Estoy en una especie de organización de mafiosos en la que al parecer soy la ‘’matona de oro’’. Un puesto del que siempre he estado arrepentida de ganármelo. He matado a empresarios, gente del gobierno e incluso a algún presidente saliendo solo con alguna herida de arma en brazos o en algún otro lado sin importancia, pero ya estoy acostumbrada a las heridas con el entrenamiento que sigo. Lo sé. Penoso. ¿Pero que puede hacer una adolescente de 16 años contra mafiosos de entre los 35 y 46? La verdad, le temo a pocas cosas, pero descubrir lo que me harían si me rebelo, es una de ellas.